¿Quiénes somos?

Si es que somos.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Revista ciudad invisible surgió en Valparaíso en el invierno de 2001. El resumen de detalles de la fase previa no dista de lo que han mostrado otros “inicios” de experiencias de comunicación independiente, y a microescala. La mezcla es la misma: Un grupo de conocidos, algunas conversaciones, cervezas, noche, y las ganas de hacer algo que quizás no estaba muy consensuado pero que se sentía que había que puro darle.

El primer número de revista ciudad invisible apareció la segunda semana de septiembre de aquel año. Se vivía otro aniversario del luctuoso golpe de estado. El tema para portada fue un pequeño reportaje sobre la tortura en la V región, un crimen sin culpables. Y el gesto era un signo, no había duda. Ese primer número, de una tirada de 500 ejemplares, con 2 hojas tamaño oficio, dobladas de manera tal que el formato recordaba una guía turística o un paquete de tallarines, costaba $300 y se vendió de mano en mano.

Pero, pese a la precariedad (que aún no nos ha abandonado del todo, je je) había más: Al revisar ese número inaugural se podían descubrir algunas de las líneas de trabajo de la revista, y que la han acompañado hasta hoy: La memoria, la mirada atenta hacia la cultura, el rescate de historias, vivencias y costumbres de varios habitantes de esta zona y el relevamiento del trabajo de montones de personas, grupos y colectivos que, más allá de las afinidades ideológicas buscan pararse de otra manera en esta zona tan preciada para las lecturas folcloristas, conservadoras y, sobretodo, mediocrizantes.

Así en cada número de ciudad invisible hubo espacio para, entre otros, rockeros, muralistas, dirigentes de tomas de terreno, salvavidas, travestis sindicalizados, piratas, radios comunitarias, macheteros y perros vagos. Un montón de gente que volvía más inquieta la provincia y más compleja su lectura desde el estancamiento mercurial o concertacionista. Y eso nos gusta.

Pero hay más. Algunos de los textos de revista ciudad invisible han buscado poner en discusión algunos temas y miradas que, hasta para nosotros, quedaban en el altar de lo intocable. Por eso, varias veces, hemos aplaudido (aunque luego esas palmas se nos vuelvan en la cara) las opiniones que varios colaboradores han manifestado en nuestras páginas, pues servían para iniciar la infinita y saludable dialéctica del debate. Y si eso ocurre a escala local, provincial y, a veces, regional, tanto mejor... ¡Sí podemos crear agendas temáticas nuestras! ¡No desde el centro político y económico o cultural! Santiago a la mierda, ya saben...

En esa onda, revista ciudad invisible ha querido abordar dichas realidades con diferentes herramientas que el periodismo y la literatura nos han prestado: Desde sus inicios, la publicación ha hecho carne la escritura mestiza: Sus redactores y colaboradores han usado la entrevista, el reportaje, la columna, el artículo, la carta, pero también la crónica y el relato breve. Además, hemos intencionado que la fotografía, el dibujo y el diseño también sean elementos distinguibles. Una revista medio fetiche pero con ganas de masificarse. Por eso, en 2005 nos fuimos a los kioskos. Y cambiamos formato... Queríamos entrar a esa discusión muda que tienen los medios escritos en calles y aceras de estas ciudades, donde es el lector/a interesad@ el que decide qué lee, qué compra. Y, sobretodo, porque nos interesa traspasar la frontera de los convencidos.

En todos estos años varias han sido las personas que han pasado por revista ciudad invisible. La revista de hoy se debe al trabajo de cada un@ de ell@s. Varios, también, han sido los cambios que han ocurrido al interior de la publicación. En los últimos números, por ejemplo, ha existido la decisión de fortalecer el lado periodístico y de investigación. Han aparecido secciones temáticas, tales como “El Antro”, “No todo es arte”, “Inxilio” y “Fashion emergency”; se han realizado concursos como “Nuevos Estandartes para la Literatura ”, en 2006; se han producido los conversatorios sobre literatura local “Aquellos que no leemos en la escuela” y “Leame.txt” (2006 y 2007) y se ha participado en tentativas de articulación y coodinación con otras experiencias de comunicación alternativa, popular, independiente, etc. Nosotros preferimos el adjetivo “antagónica” para la experiencia que desarrollamos. Muchas veces, nos ocurre que nos cuesta definir nuestra línea. Sin embargo, nuestros enemigos quedan más que claros cuando revisas las páginas de cualquier número.

Revista ciudad invisible intenta aparecer cada 2 meses, distribuyéndose en el gran Valparaíso, San Felipe, San Antonio y algunas zonas de Santiago, a través de canillitas, venta en kioskos, librerías, bares y otras vías. Son 24 páginas cargadas con eso que llamamos el segmento afilado de la provincia que nos interesa levantar. La revista subsiste por ventas, publicidad, y el apoyo de algunos fondos concursables pero, esencialmente, por la decisión de un grupo, integrado por personas de diferentes orígenes y ocupaciones, por mantener un medio que entregue otra visión de lo que acontece en esta zona.

Nos leemos,

Politburó ciudad invisible.
Ernesto Guajardo
Daniel Hidalgo
Daniel Labbé
Cristian Geisse
Felipe Montalva
Pablo Díaz, representante legal


Valparaíso

2 comentarios:

Henri dijo...

Felicitaciones por "la infinita y saludable dialéctica del debate".

sigan calumniando e injuriando impunemente, a ver cómo se las arreglan sin sus amigos de la Muni. Cuando se queden sin Consejo de la Cultura, me imagino que va a ser todo tan triste...

Aprovechen.

Carlos Henrickson

ComandanteOso dijo...

Compadre; tanto tiempo ya lo echabamos de menos, nuestro cliente favorito.

Titulares

Revista Ciudad Invisible ©Es una publicación bimensual independiente de asuntos políticos y culturales, el diseño de su blog estuvo a cargo de LLD.

Valparaíso, cl